La DGT explica las cosas que nunca hay que hacer para conducir en días de lluvia

Coger el coche es un acto de gran responsabilidad, y debemos tener especial cuidado tanto por nuestra seguridad como por la del resto de conductores. La cosa se complica cuando llueve ya que el riesgo de accidente aumenta de forma exponencial ya que se reduce la adherencia al asfalto y la visibilidad. Por este motivo, la DGT explica algunas cosas que nunca debemos hacer para conducir en días de lluvia.

Desde la Dirección General de Tráfico hacen especial hincapié en la importancia de mantener el vehículo en buen estado, sobre todo en lo que a limpiarabrisas y neumáticos se refiere para estar preparados ante la falta de visibilidad y de adherencia. Son los principales factores de peligro en la carretera cuando llueve.

No encender las luces de carretera

No es conveniente circular con las luces largas salvo en circunstancias extremas. Aún así, cuando está lloviendo y la visibilidad es muy baja, podemos encender las luces antinieblas traseras y apagarlas cuando el tiempo mejore. Este es uno de los principales errores que debemos evitar.

No aumentar la distancia de seguridad

En lo que respecta a la distancia de seguridad, teniendo en cuenta que cuando llueve se reduce la adherencia de los neumáticos a la carretera, hay que aumentarla para poder reaccionar a tiempo y frenar el vehículo en caso de emergencia. Además, es recomendable reducir la velocidad en, al menos, 10 kilómetros por hora, independientemente del tipo de vía.

No tener los limpiarabrisas en buen estado

Según un estudio de FESVIAL, el 75% de los conductotres españoles han conducido alguna vez con las escobillas con mal estado, y más de un 70% no las cambia cuando es debido. Por supuesto, es algo que debemos evitar a toda costa porque si los limpiarabrisas no están en buen estado, nuestra visibilidad se reduce de forma considerable.

Adelantar sin cuidado

Otra de las cosas que nunca hay que hacer para conducir en días de lluvia según la DGT es adelantar sin cuidado, sobre todo cuando son camiones y autobuses ya que, al pasar sobre charcos, pueden levantar enormes candidades de agua. Si aún así recibimos una gran salpicadura, debemos mantenernos tranquilos, sin dar frenazos bruscos ni volantazos.